El agente admite en los juzgados de Martotell que golpeó a algunos de los votantes alegando que éstos no permitían el acceso al centro de votación

Los juzgados de Martorell han sido este viernes el escenario del primer juicio a un agente de la Guardia Civil por las cargas policiales de la votación del 1 de octubre de 2017. El policía actuó en la escuela La Roureda de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) y está acusado de dos delitos leves de lesiones por haber golpeado a dos votantes cuando se estaba celebrando el referéndum independentista. Los golpes se produjeron cuando los agentes de la Guardia Civil quisieron abrir un pasillo entre la gente para permitir a la policía judicial la retirada de las urnas.
Durante el juicio celebrado en los juzgados de Martorell, el agente ha reconocido haber actuado pero ha agregado que no recuerda si golpeó a las dos personas que han presentado la denuncia. La acusación, sin embargo, ha basado su tesis en un vídeo donde se ve el impacto que recibe una de las víctimas cuando ésta se encontraba de espaldas.
Argumentos del agente
El acusado defiende que todos los golpes que propinó fueron en la parte inferior del tronco de los manifestantes
Procedente de Sevilla, el acusado ha admitido haber cargado contra algunos de los votantes concentrados a las puertas de la escuela pero ha argumentado que lo hizo porque la muchedumbre impedía que la policía judicial pudiera acceder al centro para requisar las urnas en cumplimiento de la resolución del TSJCat (Tribunal Superior de Justicia de Catalunya). Asimismo, ha asegurado que algunos ciudadanos agredieron a varios agentes de la Guardia Civil, por lo que la policía acabó por hacer un uso “legítimo” de la fuerza.
El acusado ha defendido que todos los golpes que propinó fueron en la parte inferior del tronco de los manifestantes, y ha explicado que no recordaba a qué ciudadanos había golpeado, por lo que no podía concretar si había agredido a las dos personas que le han llevado a juicio. Versiones similares han dado otros agentes citados como testigos, que han admitido asimismo haber hecho uso de la fuerza. Según los agentes, los golpes fueron para garantizar la actuación de la policía judicial.
A su vez, la acusación ha mostrado un vídeo donde se ve como un agente de la Guardia Civil golpea una de las denunciantes en la pierna cuando ella estaba de espaldas. La abogada de la denunciante ha detallado que el impacto le provocó un hematoma de 19 centímetros. “El abogado del Estado ya ha justificado que el porrazo era el arma menos lesiva que podían utilizar los agentes, pero todos sabemos el dolor que puede llegar a hacer un fuerte porrazo”, ha rebatido la acusación, asegurando que no era correcto “pegar una persona que está de espaldas, y menos si no le has pedido previamente que se vaya”.
Al mismo tiempo, la abogada ha insistido en que el segundo denunciante recibió golpes en diversas partes del cuerpo. Si bien de estos otros hechos no hay imágenes, la abogada ha remarcado que durante el juicio “ha quedado probado” que el agente acusado participó en las cargas sin haber pedido previamente que se abandonara el espacio, y que también ha quedado demostrado, a su juicio, que estaba en el mismo sitio que los denunciantes.
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