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miércoles, 8 de enero de 2020

Confirmada sentencia por el Supremo a 10 guardias civiles de aduanas de Gran Canaria que recibían «mordidas»

Fue la propia Guardia Civil la que destapó estos hechos hace 11 años. Aquello dio pie a una investigación que desembocó en la acusación contra 10 agentes de la Benemérita, destinados en el área de Aduanas del Aeropuerto de Gran Canaria, y dos pasajeros y en un juicio por tribunal del jurado que tuvo lugar en junio de 2017.



El veredicto fue de culpabilidad y la sentencia, de 24 de julio d 2017, consideró culpables, por unanimidad a los acusados. A la mita de los mismos les cayeron penas de cárcel de entre 5 y 8 años por los delitos de cohecho y falsedad documental; recibieron «mordidas» a cambio de hacer la vista gorda a inspecciones de dinero y alimentos.
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado todas las penas.
En el veredicto, el jurado popular consdieró probado que en un total de 10 casos se probó que los guardias civiles habian recibido dinero o algún tipo de regalo a cambio de no comprobar si las cantidades de dinero que los pasajeros decían llevar encima eran las que realmente introdujeron en el país.
En uno de los casos en el que un pasajero llegó a la isla con 30.000 euros sin declarar uno de los agentes le exigió la cantidad de 2.000 euros para no intervenírselo, tal y como establece la ley.
Finalmente, el pasajero, tras una negociación con el guardia civil, accedió a darle 1.500 euros.
En otra ocasión, una pasajera llegó al Aeropuerto y se dirigió a la Oficina de Resguardo Fiscal para declarar 118.500 euros que afirmó portar.
Otro agente le dijo que no contaría el dinero para verificar la cifra a cambio de 50 euros.
A continuación, otro guardia civil, le pidió además otros ocho billetes de 50 euros, dinero que se repartieron entre los dos agentes y un tercero.
En otro caso, un pasajero de origen coreano entró directamente a la Oficina de Resguardo Fiscal con una caja de pulpo que regaló a los guardias civiles. A cambio, los agentes no contaron de forma efectiva la cantidad de dinero que el pasajero decía llevar, unos 180.000 euros.
Mientras, en otra fecha, y tras la llegada de un vuelo procedente del extranjero, otro pasajero fue a la oficina para declarar 200.000 euros, momento en el que un agente le expuso que, si quería declarar una cantidad menor, no contaría el dinero, pero que, a cambio, tendría que pagar a los guardias civiles.
Otro caso similar fue el de un pasajero de Marruecos que llegó al Aeropuerto y acudió a declarar unos 250.000 euros, siendo el ‘modus operandi’ el mismo, pero en esta ocasión el guardia civil le dijo que le dejara «algo para el café», lo que se tradujo en 50 euros.

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