La Guardia Civil, y no Mossos d'Esquadra, ha asumido la investigación del crimen de Pontons tras el hallazgo el 3 de enero de los restos mortales de una mujer en una finca del municipio.
El cadáver fue encontrado descuartizado y repartido en varias bolsas de plástico a casi dos metros de profundidad, después de que los vecinos alertaran en el ayuntamiento de que el ahora detenido había cavado un hoyo y lo había tapado de forma extraña, con un aspecto "evidente" de tumba, según confirmó Josep Tutusaus, el alcalde, a Crónica Global. "Era tan evidente que era una tumba que solo le faltaba una cruz y un nombre", sentenció.
Fue el teniente alcalde, Jorge Díaz Cànovas, quien se tomó muy en serio el caso y, tras observar las imágenes del montículo de tierra, adornado con lavandas y cercado por una valla, decidió avisar al Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil al sospechar que se había producido el enterramiento ilegal de un animal o un delito medioambiental, cuestiones que son competencia del instituto armado.
¿Dónde sucedieron los hechos?
Tras unas primeras indagaciones, el instituto armado puso los hechos en conocimiento del Juzgado de Instrucción número 4 de Vilafranca del Penedès y la Autoridad Judicial autorizó la excavación e inspección de la finca. Además, ordenó a la Guardia Civil continuar con la investigación, dado que fueron ellos quienes iniciaron las pesquisas, motivo por el cual el caso no ha sido asumido por los Mossos d’Esquadra.
El caso ha sido derivado ahora a un juzgado de Barcelona, dado que tanto el detenido como la desaparecida residían en la Ciudad Condal, lo que ha implicado también un cambio del abogado de oficio qu
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