El Supremo acaba de dejar sin efecto la sanción impuesta a una cabo de la Guardia Civil, que fue
suspendida de empleo durante un mes por llegar en estado de embriaguez a las instalaciones de la
Academia. El Alto Tribunal entiende que la conducta no atentó a la dignidad del Instituto Armado,
“pues no fue percibida por personas ajenas a la Benemérita”. Es decir, “lo que ocurre en el campo
se queda en el campo”, tal y como se dice en el argot futbolístico.