La Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional inspecciona los colectores en busca de actividades delictivas
En las alcantarillas de Barcelona, a 10 y 15 metros de profundidad, el principal peligro es la falta de oxígeno y la presencia de gases inflamables. El subinspector Miguel de la Policía Nacional describe la importancia del aparato electrónico que le cuelga del mono azul oscuro que le cubre de los tobillos a la cabeza. Lleva un casco, guantes, botas con puntera y suela antideslizante, un arnés y linterna. En el macuto naranja cruzado en la espalda descansa una botella de oxígeno de unos cuatro kilogramos. Las gafas completan el equipo de la Unidad de Subsuelo y Protección Ambiental de la Policía Nacional.
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