Estupor en la Policía por los ataques de la izquierda caricaturizándoles como "represores" y "fascistas"
Las asociaciones y sindicatos se sienten desprotegidos y a merced de unos grupos políticos que los ven como fuerzas contrarias a la democracia.
INTERIOR
A lo largo de la última semana, 120.000 personas -20.000 para la Delegación del Gobierno- salieron a la calle en defensa de los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en contra de la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana. Apenas unos días más tarde, AUGC, una de las asociaciones históricas de la Guardia Civil, rompió todo tipo de relación con el Gobierno por la "discriminación" a la que a su juicio somete a los agentes.
El pasado viernes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña reconoció mediante una resolución que la Generalitat discriminó a agentes de la Policía Nacional y del Instituto Armado respecto a Mossos d'Esquadra y policías locales en la vacunación frente a la Covid-19. Todo ello mientras el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguraba que, pese a las críticas, las manifestaciones multitudinarias y el enfrentamiento contra todas las asociaciones de agentes de ambos cuerpos, seguirá adelante con la derogación de la llamada 'Ley Mordaza'.
El clima de tensión política no deja de crecer en los últimos tiempos con el trabajo policial en el centro del tablero. Multitud de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han manifestado a EL ESPAÑOL en las últimas fechas su preocupación y su inquietud ante la sensación de que su trabajo es una y otra vez criminalizado.
Entienden que se les pone constantemente en tela de juicio tanto por parte de los políticos que conforman el Gobierno como por las fuerzas parlamentarias que sirven de satélites para el Ejecutivo desde la sesión de investidura de Pedro Sánchez.
Tienen claro que, desde la izquierda, cada vez más, se les adjudica el sambenito de "represores": "En los últimos años ha sido muy descarado el interés que tiene la izquierda de personificar el mal en las fuerzas de seguridad, tachándonos siempre de represores o fascistas -asegura un mando policial con cuya opinión concuerdan muchos compañeros-. Cansa luchar con esa etiqueta. A la vista está que nada de eso es real, la policía rara vez utiliza su arma reglamentaria o la fuerza física ante el miedo de sufrir una apertura de expediente disciplinario o la misma expulsión. El colectivo entero se siente desprotegido jurídicamente, está bajo de moral".
Las palabras de Carmen Calvo no ayudaron tampoco a rebajar la tensión. La exvicepresidenta del Gobierno aseguró sentir "inquietud" por la manifestación del pasado sábado. "Ha sido el mundo al revés porque han protestado por cosas que no existen. (...) Yo he visto algunas imágenes con simbología, con aspecto, con lemas que se han gritado que si son los que me tienen que proteger... Me inquieta muchísimo", afirmó en la Cadena SER.
También las palabras de Zaida Cantera, diputada del PSOE en el Congreso, causaron un gran revuelo y soliviantaron a muchos. Cantera acusó a todas las asociaciones policiales -no faltó ninguna en la concentración del pasado domingo- de buscar su beneficio propio y de ser una amenaza. "Policías manifestándose contra la democracia, contra el poder legislativo. Policías manifestándose contra el Gobierno. Policías que deben dejar de ser policías. Son una amenaza a la democracia, no sirven a España ni a su ciudadanía se sirven a ellos y su ideología".
Cuestionada la autoridad
Las múltiples fuentes consultadas en ambos cuerpos, Guardia Civil y Policía Nacional, sienten que realizan desde hace tiempo su trabajo bajo sospecha. Determinadas formaciones políticas les observan, a su juicio, con desconfianza, hasta el punto de comprobar que en las enmiendas a la Ley de Seguridad Ciudadana algunas de las acotaciones de los partidos a su entender presuponen, de base, una mala actuación por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
De ese modo, con la autoridad cada vez más cuestionada, los agentes estiman que cada vez se encuentran más problemas a la hora de desarrollar su trabajo, sobre todo en el día a día en la calle. "Se busca criminalizarnos, hacer ver que somos los malos, sobre todo al quitarnos la presunción de veracidad, sobre todo al quitarnos los elementos de material de antidisturbios con la justificación como si los estuviéra
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