Joaquín Aguirre ha demostrado desde el inicio de esta investigación judicial por una supuesta red de corrupción entre policías y narcos, una ofuscación de tal magnitud que le ha conducido a innumerables excesos
Está grabado en audio y vídeo. Fue el día 16 de junio de 2010. El teniente Pastor, instructor del atestado por el decomiso de 29 paquetes que pesaban casi 55 kilos de lo que parecía cocaína, compareció como imputado, acusado de ser miembro de una presunta trama corrupta que, según el juez Joaquín Aguirre, se había quedado con 28 de aquellos paquetes de coca y los había cambiado por azúcar y yeso. Fueron 4 horas de declaración muy tensa en la que el oficial de la Benemérita, por entonces uno de los responsables del llamado Grupo antidroga ECO, trató de explicar al juez que su teoría era infundada. Pero no lo consiguió. En esa declaración Aguirre le dijo, según consta en las notas que elaboraron al respecto los agentes conocedores de esa declaración…: “… que o bien era un corrupto o un estúpido y que no merecía estar en la unidad en la que estaba destinado”. ¿Puede un juez dirigirse así a un ciudadano por muy investigado que ese sea? ¿La secretaria judicial no habría tenido la obligación de reprobar esos comentarios? El Ministerio Fiscal, ¿por qué permaneció callado ante esta soflama?.
Momentos preocupantes
Los cierto es que “la obsesión” de Aguirre (así calificaron la conducta del magistrado durante el juicio del caso “Macedonia” el inspector de los Mossos, Antoni Salleras y el Major, Josep Lluís Trapero,), ha dejado momentos verdaderamente dramáticos y preocupantes. Por ejemplo, cuando llamó subnormal a un
leer mas
No hay comentarios:
Publicar un comentario