El acusado está obsesionado con los agentes de la autoridad, tanto guardias civiles como policías, y acumula condenas por amenazas y acoso
Sergio D. Z., un vecino de Zaragoza que está diagnosticado de trastorno antisocial de la personalidad y ha desarrollado una obsesión delirante cronificada contra la figura de la autoridad (Guardia Civil, Policía Nacional o Policía Local), se sentó de nuevo este lunes en el banquillo de los acusados. En esta ocasión fue juzgado por llamar al puesto de la Guardia Civil de Utebo (municipio en el que antes residía) y preguntar directamente por la agente con la que tiene expresamente prohibido por sentencia comunicarse o acercarse a ella.
El fallo judicial que le impuso esa medida fue consecuencia de una causa abierta contra él por acosar a la guardia civil durante 201
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