La AUGC vincula el alcance de las lesiones por el «mal estado del casco». El agente se había presentado al servicio pese a ser su día libre
En marzo del 2022, dieciséis guardias civiles resultaron heridos de distinta consideración cuando un grupo de más de 2.500 inmigrantes subsaharianos intentaron acceder al área melillense ubicada entre Farhana y el Barrio Chino. «El asalto fue masivo y de gran violencia, y finalmente lograron acceder a España alrededor de unas 500 personas en situación irregular», refirieron este jueves desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) remarcando que algunos «portaban garfios, palos, tornillería en los zapatos y también lanzaron piedras contra los agentes. De este modo pretendían evitar que nadie les impidiera el paso».
Entre los agentes del instituto armado lesionados, un guardia civil adscrito al Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) número siete con base en Castrosenín, en el término municipal de Pontevedra. Este agente, según confirmaron desde la AUGC, ha perdido la especialidad de GRS «derivada de las lesiones de un traumatismo y por portar un casco de los años noventa».
Explicaron que, como consecuencia de las lesiones, «el agente recibe una limitación del 10 % siendo incompatible con la especialidad». Y todo ello, como consecuencia del «mal estado del casco» que le derivó en varias lesiones, una de ella en las cervicales, y otros problemas de salud.
Desde la AUGC precisaron que, según lo que les trasladó uno de los proveedores de este equipamiento, «la vida útil de las carcasas de sus cascos es de diez años. Aun
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