La Audiencia Provincial de Badajoz juzgará el próximo 9 de diciembre a Jesús R. G., un peligroso delincuente con múltiples antecedentes policiales que en octubre del año pasado le arrebató la pistola a un Policía Nacional y apretó dos veces el gatillo con la intención de alcanzarle, hecho del que es acusado en el escrito realizado por el Ministerio Fiscal, donde se le imputan hasta cinco delitos distintos.
El suceso que ha provocado la apertura del juicio oral tuvo lugar a la una de la madrugada del 3 de octubre de 2013. A esa hora, Jesús R. G. abordó a una mujer a la altura de las oficinas de Olivetti, en la avenida Juan Pereda Pila. «La agarró por el cuello y empezó a golpearla diciéndole: dame el bolso o te mato».
La víctima se negó y el delincuente la tiró al suelo, dándole patadas y pinchándole «en todo su cuerpo» con un destornillador «con ánimo de menoscabar su integridad física». También le rompió las gafas, que fueron valoradas en 190 euros.
Alguien avisó de lo que estaba sucediendo y una patrulla policial llegó a la zona con rapidez, momento en el que el delincuente subió a un vehículo Honda Accord para iniciar la huida. Un agente policial le dio el alto y le apuntó con su pistola para intentar que se detuviese, pero el delincuente no atendió la orden y dirigió el coche contra el policía, que tuvo que saltar para evitar ser arrollado.
Con posterioridad, dos agentes interpusieron el vehículo policial en el que circulaban para evitar que escapase, pero fueron embestidos. En ese instante, los policías se bajaron del coche para detenerlo, pero el delincuente se encerró en el interior de su automóvil y tuvieron que fracturar una ventanilla para sacarlo.
El escrito de acusación explica que el ladrón aprovechó ese momento para coger un machete y esgrimirlo contra los funcionarios, que se abalanzaron contra él. Entonces se inició una «refriega» que aprovechó el acusado para «sorprender a un policía por detrás y arrebatarle el arma reglamentaria de su funda».
El relato de los hechos añade que Jesús R. G. amartilló el arma y por dos veces apretó el disparador dirigiéndola contra unos de los policías «con ánimo de acabar con su vida», aunque no logró su propósito porque la pistola no estaba montada y, en consecuencia, no tenía cartuchos alojados en la recámara. Finalmente, el policía consiguió arrebatarle el arma y quedó detenido.
Como consecuencia de estos hechos, la mujer que fue asaltada sufrió una herida inciso-contusa en el cuello y el abdomen, lesiones que precisaron una única asistencia facultativa y que tardaron siete días en sanar, dejándole una cicatriz con un perjuicio estético valorado en un punto. Los agentes también sufrieron pequeñas lesiones sin secuelas.
Ese suceso también provocó daños en el vehículo policial y en el turismo que utilizó el delincuente, un coche que había sido sustraído el día anterior. El primer coche sufrió deterioros valorados en 937 euros, mientras que la reparación del segundo turismo supuso un desembolso de 1.483 euros.
Se da la circunstancia de que el delincuente que cometió ese delito estaba en la calle porque había quebrantado un permiso penitenciario por el que tendría que haber regresado a prisión ocho días antes de perpetrar estos delitos.
Por estos hechos, Jesús R. G. ha sido acusado de cinco delitos distintos para los que se solicitan las siguientes penas: homicidio en grado de tentativa (1 año de prisión), quebrantamiento de condena (18 meses de prisión), hurto de uso (4 años y 6 meses de prisión), atentado (1 año de prisión) y resistencia (3 años de prisión y una multa de 7.210 euros que le obligaría a pagar una cuota diaria de 10 euros durante 24 meses). En relación con las penas de cárcel, la Fiscalía propone que el condenado no pueda acceder a futuros permisos penitenciarios hasta haber cumplido la mitad de la pena que se le imponga.
Indemnizaciones</CARACTER>
También solicita que haga frente a una responsabilidad civil que le obligaría a pagar a la mujer a la que asaltó 270 euros por la heridas, 1.000 por las secuelas, 1.500 por los daños morales producidos y 190 por las gafas que le rompió. Igualmente debería indemnizar al agente al que trató de disparar con 6.000 euros por los daños morales que le provocó.
En el juicio será clave el informe realizado por el médico forense, cuyo diagnóstico concluye que el acusado presenta un diagnóstico compatible con abuso y dependencia de drogas (cocaína y heroína), razón por la que está siguiendo una terapia sustitutiva con metadona. «Dicho déficit en el momento de los hechos pudiera provocar una merma en su capacidad volitiva».
http://www.hoy.es/badajoz/201411/11...1111222442.html
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