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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Condenado a 3 años un guardia civil por maltratar a su ex esposa

El agente empujó a la mujer contra un espejo que se rompió con el golpe mientras le decía: "te voy a matar", apunta el juez



Vista panorámica del municipio jandeño de Benalup.




El Juzgado de lo Penal número 1 de Cádiz ha condenado a un guardia civil de Benalup a tres años y dos meses de prisión por maltratar a su ex esposa tanto en el transcurso de la convivencia matrimonial como después de su divorcio.
El juez ha impuesto al agente, además de la pena privativa de libertad, la prohibición de tener y portar armas por un periodo total de seis años así como la obligación de indemnizar a la víctima en la cantidad de 12.000 euros.


EL JUEZ DA POR PROBADO QUE EL EX MARIDO LE PUSO UN CUCHILLO EN EL CUELLO A LA VÍCTIMA
La sentencia, que no es firme, recoge como hechos probados que la pareja estuvo casada unos 23 años, si bien en mayo de 2009 decidieron separarse. A lo largo de todo el periodo matrimonial, el guardia civil tomó respecto de su esposa una actitud autoritaria, con numerosas y habituales discusiones en las que él la zarandeaba y la insultaba diciéndole expresiones como "puta, gilipollas, te voy a hundir". En ocasiones, llegó a cogerla del cuello e incluso a ponerle un cuchillo de cocina.
Pese a la separación matrimonial y el posterior divorcio, especifica la sentencia, el agente continuaba con cierta actitud de dominio y vigilancia respecto de su ya ex esposa, que se traducía en hechos concretos.
Así, frecuentaba habitualmente la tienda que su ex pareja regentaba en la localidad de Benalup, "adoptando una actitud agresiva cuando hallaba allí a personas de sexo masculino".
En fecha indeterminada del año 2012, el ahora condenado "sorprendió" a su ex mujer yendo a tomar una cerveza con un representante de comercio. El procesado le impidió que fuera y la obligó por la fuerza a meterse en su coche llevándosela del lugar.
Además, apunta la resolución judicial, la llamaba por teléfono profiriéndole insultos como "puta, te estás tirando a todos".
A finales de julio de 2010, en la feria de Benalup, se produjo un nuevo episodio violento: el agente de la Benemérita volvió a coger por el cuello a su ex esposa.
Según recoge la sentencia, el 27 de enero de 2013, la mujer había quedado para cenar con un amigo de su ex marido. De regreso a casa, el guardia civil la vio con el otro hombre y cuando éste la dejó en el portal en hora avanzada de la madrugada y se fue en su coche, fue tras ella. Justo cuando la mujer estaba abriendo la puerta de su domicilio, una vivienda unifamiliar, el que fuera su esposo durante más de dos décadas la empujó sorpresivamente por la espalda y la metió en el zaguán, donde comenzó a propinarle golpes en la cabeza y en el resto del cuerpo, la lanzó contra un espejo que se rompió por el golpe y le tiró del cabello, todo ello mientras le decía "puta, te voy a matar".
La mujer consiguió zafarse y meterse en su vivienda, explica la sentencia del magistrado Juan Sebastián Coloma.
Consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió contusiones cuya entidad no se pudo determinar, pues no acudió al médico. Sí consta un informe psiquiátrico que pone de manifiesto que la denunciante presenta un trastorno de estrés postraumático "compatible" con la situación que relata de maltrato continuado en el ámbito doméstico.
"Pese a la intimidad en que se suelen cometer estos hechos" -subraya el juez- "máxime por una persona que como el acusado es agente de la autoridad encargado precisamente, entre otras cosas, de prevenirlos y perseguirlos, existen numerosos testigos (familiares y conocidos) que presencian de primera mano acciones violentas, vejatorias o insultantes del procesado".
Durante la celebración del juicio, el encausado negó todos los hechos que se le imputaban y aseguró que los testigos (sus hijos, su ex cuñada y la sobrina de su ex esposa) se habían concertado contra él, una versión que el magistrado de este caso no ha dado por buena.
También en el juicio se aportó un informe psicológico del agente en el que se señalaba que éste no tenía el perfil de un maltratador, "perfil que entendemos nada prueba [...] porque la experiencia nos muestra la diferente condición social, personal, educativa, económica y psicológica de los maltratadores", argumenta el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Cádiz.

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