El nuevo operativo invade competencias reservadas a la Guardia Civil y despierta divisiones internas
La Policía Marítima de los Mossos d'Esquadra ya ha echado a nadar. La nueva unidad ha botado su primera embarcación en Palamós (Girona), aunque prevé extenderse durante los próximos meses a L'Ametlla de Mar (Tarragona) y Vilanova i la Geltrú (Barcelona). El consejero de Interior, Miquel Buch, ha presentado el operativo como "un paso más" en las atribuciones de seguridad de la policía autonómica.
Pero lo que el conseller define como una ampliación competencial, para otros es percibido como un ejercicio de intrusismo que puede entorpecer la vigilancia de las costas catalanas. Un portavoz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) recuerda que el control de las aguas territoriales pertenece en exclusiva a la Benemérita. "Los Mossos se han desarrollado como una policía integral, con competencias que exceden las de una policía autonómica", explica este representante.
Un estreno de prestado
El Govern anunció en enero de este año la creación de una policía marina para patrullar el litoral catalán. Tomando como base los 17 buzos de la unidad acuática, Buch comprometió más personal para configurar la rama naval de los Mossos desde las islas Medas hasta el delta del Ebro.
La botadura celebrada en Palamós --para la cual se ha pedido prestada una nave a Egara, la sede
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