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lunes, 16 de enero de 2023

Sancionado un guardia civil que retrasó 27 horas la detención del agresor de una mujer por tener “otros requerimientos”

 






Un sargento de la Guardia Civil destinado en Nules (Castelló) ha sido sancionado con cinco días de suspensión de empleo como autor de una negligencia grave al no haber activado el protocolo de violencia de género tras una supuesta agresión de un hombre a su exnovia. El uniformado alegaba que debía atender “otros requerimientos”. El presunto agresor fue detenido 27 horas después.

El 10 de septiembre del 2020, el sargento prestaba un servicio de Seguridad Ciudadana cuando recibió un aviso para acudir a la gasolinera del área de servicio de Almenara, en la autopista A7, donde un guardia civil fuera de servicio había presenciado lo que consideraba un episodio de violencia de género. El agente, destinado en Caspe (Zaragoza) había observado a un hombre agarrando a su ex novia que le gritaba que la soltara. Cuando la mujer consigue zafarse, el hombre la persiguió, la sujetó por la espalda e intentó introducirla en su vehículo, un Audi A4.

El guardia fuera de servicio intervino e identificó al presunto agresor, que se marchó a pesar de que habérsele indicado que permaneciera en el área de servicio. La mujer declinó denunciar los hechos y se marchó con unas amigas que la recogieron para trasladarla a su domicilio. El sargento de la patrulla no consignó los hechos sobre la presunta agresión en la papeleta de servicio “ni en ningún otro documento o grabación en la base de datos, ni tampoco transmitió la novedad a ninguno de sus mandos, aparte del COS [Centro Operativo Complejo]”, indica el expediente disciplinario. La mujer, que declaró haber recibido “un golpe con la mano en la cara”, no quería denunciar los hechos.

Al día siguiente, el capitán jefe de la Compañía de Burriana, al revisar las novedades del COS, se percató de que no figuraba ninguna diligencia o alta en el aplicativo Viogen sobre la presunta agresión, por lo que contactó con el comandante del puesto de Almenara, quien desconocía los hechos, para que esclareciera lo sucedido. Así, el sargento de la patrulla le remitió una exposición de hechos a las 13.00 del 11 de septiembre y el comandante remitió las diligencias al puesto principal de Onda, localidad donde residía el presunto agresor, para que se le localizara y detuviera.

El arresto se produjo “27 horas después del incidente de la gasolinera”, reza el expediente disciplinario. El agente sancionado adujo en su declaración que no dio inicio al protocolo de violencia de género “porque desde la central les encomendaban nuevos cometidos”. El uniformado se limitó a contactar telefónicamente con la víctima y su presuntos agresor, “siendo infructuosa la gestión”. Tampoco anotó la incidencia “por estar realizando otros requerimientos”.

El sargento recurrió la sanción pero la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha avalado que cometió una negligencia grave. “Es evidente que la conducta incumplió el vigente protocolo sobre valoración policial del riesgo de violencia de género”, dice la sentencia, que considera que existe “prueba de cargo directa” sobre la falta grave.

“Hubo violencia”, según un testigo

El agente fuera de servicio que presenció la escena en la gasolinera “interpretó que era una agresión”. La mujer, relató el guardia, gritaba “suéltame” mientras trataba de salir del vehículo. “Hubo violencia dada la envergadura del varón”, aseguró.

Por su parte, el capitán jefe de la compañía de Burriana consideraba que la patrulla “debió de percibir” que se trataba de un “claro caso” de violencia de género y “haber actua

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