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lunes, 10 de agosto de 2020

Pedro Manuel Fraile, de sargento de la Guardia Civil a finalista del Premio Planeta

«La cunda y la luna» es el título de la primera novela publicada de este escritor novel albaceteño que ahora reside en Villarejo de Fuentes (Cuenca)


Pedro Manuel Fraile, autor de la novela «La cunda y la luna», finalista del Premio Planeta


Con 37 años, Pedro Manuel Fraile (Albacete, 1983) tomó una de las decisiones más importantes de su vida. A esa edad estaba trabajando en Baleares como segundo jefe del grupo contra el crimen organizado de la Guardia Civil. Era una vida profesional muy exigente y un buen día se le planteó una disyuntiva vital: seguir por el mismo camino o tomar otro. Así es como en 2016 dejó voluntariamente su puesto de sargento de la Benemérita para dedicarse íntegramente a la literatura.
Algo de lo que no se arrepiente y que ha comenzado ya a dar sus frutos, ya que su primera obra publicada, «La cunda y la luna», se coló entre las diez finalistas del último Premio Planeta y ahora ha sido publicada por la editorial Círculo Rojo. La novela está enmarcada en el género policial, pero va más allá del mismo en el sentido humanista. La cunda es el transporte de presos de una prisión a otra, en la jerga policial, y la historia se desarrolla cuando un guardia civil recién incorporado es llamado por el coronel jefe de la Comandancia de Barcelona para declarar sobre unos hechos graves que sucedieron en su primer servicio.
 
Pedro Manuel Fraile ha residido en ciudades tan dispares como Albacete, Baeza, Castellón, Barcelona, Madrid, Baleares y Punta del Este (Uruguay). Pero actualmente ha huido del mundo urbano para vivir en el campo, en concreto en Villarejo de Fuentes (Cuenca), su arcadia feliz. En este pequeño pueblo conquense de la España vaciada -con medio millar de habitantes- presentó hace poco su novela «La cunda y la luna», la primera de muchas que están por venir.
¿Qué lleva a un sargento de la Guardia Civil a dejar su puesto para dedicarse por completo a la literatura?
El instinto, la búsqueda de la verdadera vocación. Llegué a un punto trabajando en la Guardia Civil en el que, aunque aún lejano, ya se veía el techo de mi vida profesional. Me decidí por lo desconocido, por la aventura de vivir nuevas experiencias confiándoselo todo a mi pasión por la literatura.
¿No tuvo algo que ver algún hecho pareció al que vivió el protagonista de su novela, un guardia civil en Barcelona?
No tanto los hechos como los pensamientos y emociones. En esta novela se muestra un modo distinto de ver la relación entre autoridad-delincuente y que en el mundo real no termina de encajar en el marco establecido por las leyes.
¿Qué se va a encontrar el lector en «La cunda y la luna»?
Se va a encontrar una historia fresca, muy humana y dinámica en la que a pesar de acontecer hechos que pueden poner los pelos de punta, finalmente deja buen sabor de boca. Es una obra que invita a la reflexión.
Y ha sido, como se suele decir, casi como llegar y besar el santo, ya que su novela se coló entre las 10 finalistas del Premio Planeta 2019. ¿Qué sintió cuando se enteró de la noticia?
Muchas emociones encontradas. Al principio una mezcla de incredulidad y sorpresa, para luego pasar a la satisfacción y también alivio, le había echado un órdago arriesgado a la vida. Pero sobre todo la ilusión de una nueva puerta que se abría.
Después de este éxito inesperado, ¿a qué más aspira como escritor?
A seguir haciéndolo cada vez mejor y con ello aportar mi grano de arena en la felicidad de las personas a las que pueda llegar con mis obras.
¿Qué tal acogida está teniendo la novela entre los lectores?
Estoy recibiendo críticas muy buenas, aunque soy partidario de la idea de que no hay crítica mala. Lo que más me satisface es descubrir que los lectores captan el verdadero sentido de la obra.
¿Cuáles son sus influencias y sus referentes tanto dentro del género policíaco como en la literatura en general? No sé si Lorenzo Silva, por el tema que trata, es uno de ellos.
Para mí Lorenzo Silva es uno de los más grandes escritores que hay en este país en la actualidad. Su género policial es impecable. Mi gran referente siempre será José Saramago, dejándome también influenciar por Hemingway, Charles Bukowski y Tolstoi.
¿En qué se encuentra trabajando ahora?
En una nueva novela totalmente distinta en cuanto a la ambientación y la temática pero que ahonda con más profundidad en el aspecto sentimental. A través de ella quiero exponer mi particular visión del amor.
¿Es fácil dedicarse a la literatura como profesión?
Cuando uno se alinea con su verdadera vocación se vuelve mucho menos exigente en el resto de cuestiones. Siendo fiel a uno mismo, la vida se convierte en algo mucho más fácil y grato.
¿Y hacerlo en un pequeño pueblo de Cuenca como Villarejo de Fuentes?
Un lugar como Villarejo de Fuentes para mí es el entorno idóneo para la creación literaria (y para otros muchos campos más). El tiempo transcurre con una mansedumbre muy agradable y se recuperan elementos casi perdidos en el ritmo de vida urbano como como la paz, la calma e incluso el silencio.
¿Quizá lo elija como escenario de alguna de sus novelas?
Sin ninguna duda. Mi pasión es escribir acerca de la cara más optimista del espíritu humano

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