La Consejería de Sanidad e Instituciones Penitenciarias no explican por qué el hospital provincial no cuenta con una unidad para reclusos
El Hospital de Salamanca abrió sus puertas hace unos meses, pero no cuenta con una unidad de acceso restringido para el ingreso y permanencia de presos cuyo estado de salud requiere cuidados que no pueden recibir en las enfermerías de las prisiones, así que cuando un interno del Centro Penitenciario de Topas debe ser ingresado, la Guardia Civil tiene que trasladarlo a hospitales de otras provincias, como Zamora, Ávila o Valladolid, que se encuentran como mínimo a unos 70 kilómetros de distancia, con el riesgo de seguridad que conlleva, además de la ampliación de jornada laboral para los agentes. Preguntados por esta situación, Instituciones Penitenciarias y la Consejería de Sanidad de Castilla y León no han contestado aún a este diario si se trabaja en una solución.
Según han explicado fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) a ElPlural.com, el protocolo en este momento consiste en trasladar al preso al Hospital de Salamanca, "que es donde corresponde porque allí es donde está ubicada la prisión, y es un médico de ese hospital el que debe tomar la decisión de si debe ser ingresado". En este caso los agentes tienen que trasladarle a un centro de otra provincia que disponga del módulo de ingreso para reclusos, o sea, a los hospitales situados en Zamora, Ávila o, incluso, a Valladolid, si los anteriores estuvie
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